o tal vez, para consuelo de muchos, nunca lo fueron o
fueron efímeramente interesantes, como el destello de una copa de vidrio en una fiesta
pero tenemos recuerdos grandiosos
como si de verdad hubiéramos vivido una vida diferente a la del resto
es que es un defecto humano adornar todo lo más que se pueda
para tener algo qué contar
aunque las vacaciones hayan sido una mierda y la comida
nos haya dado diarrea todo el fin de semana
quedan unas fotos muy estéticas que podemos guardar y mirar cada tanto
desde el celu y hacernos creer que la noche fue fantástica
y los paisajes como tomas cinematográficas
nos gusta contarnos ese cuento
hasta quedarnos dormidos,
así todos los días
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