Advertencia al Lector:

Advertencia al Lector:

esto es una ruina,
una catarata que arrastra los animales que han bebido de su agua;
aquí no hay puentes
¿recuerda el día en que obtuvo en su interior su porción de escombro?
usted hizo del germen una ciudad subterfuga
pero nadie habitaba:
TODOS DORMÍAN EN EL CORAZÓN DEL OTRO

aquí se inscriben las palabras no incluidas en el sueño compartido
quien las transite habrá de purgar su aliento en favor del ventrílocuo

martes, 9 de abril de 2024

mañana me tengo que despertar, como siempre, desde adentro hacia afuera, como si hubiera estado viendo por horas un agua oscura desde cuyo fondo se empieza a asomar una figura, así voy despertando, primero como una sospecha de que algo termina y me deja otra cosa, una piedra en la mano, testimonio de la excursión por el sueño y así en ese lento y suave acto de observación, es como el cuerpo va recuperando su turgencia, como si él mismo hubiera estado sumergido en ese agua oscura y ahora es rescatado por mí, el dueño del cuerpo que sueña ahogado en las imágenes del sueño. bueno, mañana tendré que de alguna manera, mecánicamente, hacer todo ese trabajo interno para despertar hasta llegar a sentir el peso de los párpados sobre los globos oculares y exactamente como se levanta una persiana, empezar a replegarlos de forma que la luz gradualmente sea un pasaje por el que da gusto caminar y hasta detenerse cada tanto para mirar una baldosa o mojar los dedos en el rocío que quedó en las plantas. esto parece difícil pero es lo más placentero del día, la confirmación de haber sobrevivido las emociones del sueño. desperté y ahora qué. estoy acostado, con los ojos abiertos y la conciencia adentro, en la misma posición que mi cuerpo, superpuesta a la imagen de mi cuerpo. y es cuando empiezan a llegar las oraciones lógicas para formar ideas como: hoy puedo llegar un poco tarde o tuve frío anoche u hoy es el cumpleaños de un amigo o incluso aparece, en el mejor de los casos, la idea de que el día valdrá la pena y me dará algo nuevo, otra piedra que vendrá a reemplazar a la piedra del sueño con la que despierto en la mano. despertar es hipnótico y a la vez tortuoso, lo más parecido a dar vueltas en un laberinto de plantas y flores y fuentes de agua. así que estoy despierto y ya con la conciencia circulando entre los glóbulos rojos y las plaquetas y todo ese caos contagia la paz de mi conciencia recién recuperada. ahora es cuando el mundo empieza a despertar, desde afuera hacia adentro. primero siempre llegan los sonidos, remotos, de la naturaleza más rústica: las ramas en el techo o los pajaritos que silban. eso siempre llega y es un alivio, incluso en la ciudad más metrópoli del mundo, hay un indicio de que lo salvaje se ha filtrado. tal vez ese sea el síntoma del despertar del mundo, lo salvaje. la atmósfera gradúa su peso sobre las cosas y se empieza a balancear sutilmente, desde adentro del mundo hacia afuera del mundo, es decir, hacia mi cara, que ya está fija mirando el techo. como todos los días una voz grave pero cursi me dirá: hola hijo, cómo estás, sigo acá, arriba, algún día voy a poder bajar para que tomemos un licuado juntos, y te voy a contar cosas, ayer te escuché en terapia, trato de no hacerlo, pero las palabras me llegan como si estuvieras hablándome directamente a mí, la cámara de tu computadora da a mi ventana. esto puede parecer raro, pero ya me acostumbré a este saludo, forma parte del despertar del mundo. no sé qué pensaría mi mamá si supiera esto, creo que una mezcla de alivio y bronca y luego un llanto de compensación. ¿a ella también le hablará? ¿qué cosas se dirán? recordar es ser una especie de médium con el pasado, vivir en ese juego saludable de la negación del tiempo. no quiero sonar cursi pero la muerte no existe del todo, es decir, nada está definitivamente muerto porque nada está definitivamente vivo porque justamente vivimos entre esos dos polos en algún color de la supervivencia ¿qué tan vivo me siento hoy? ¿qué tan muerto? no hay respuesta correcta.

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